Oigo su voz,
su dulce voz,
diciéndome: "Te quiero".
Llegaste amor que tanto ansiaba
que ansiaba
sediento de pasión.
Arrulla mis oídos esa voz
y llega tiernamente al corazón.
¡Hoy soy feliz
llegó por fin
el amor que soñé!
Es cual dulce melodía,
la voz que acariciante
llegó hasta el alma mía.
El espejo me mostraba
mi imagen reflejada
y yo desfallecía...
Mas ella el rostro no miró,
tan sólo oyó mi corazón.
Y me vio quizás hermoso,
brindándome con gozo
su dulce amor.
Oigo su voz,
su dulce voz,
diciéndome: "Te quiero".
Y, es cierto, sus ojos lo confirman,
sus ojos, que brilla como el sol.
El cielo transformó mi sueño azul
en una realidad llena de luz...
¡Hoy soy feliz
llegó por fin
el amor que soñé!