Juntito al camino de la carretera
cubierta de polvo, hecha un trapo viejo:
buscando una moza recorre aquel trecho
al hombre que un día le mintiera amor.
La noche tendiendo va su negro manto
y una carreta que avanzando va,
por aquel sendero donde aquel quebranto,
implora consuelo y clama piedad.
Llevame, carretero,
donde está mi amor,
llevame que me muero
de pena y de dolor.
Y era guapo el mozo
sabés, carretero,
por eso es que quiero
buscar al traidor.
Sus dulces palabras
llenas de emoción
halagaban mi alma
y mi corazón,
yo fui su alegría
la luz de sus ojos
y hasta de su antojo
con ciega pasión.
Por eso te pido que escuches mi ruego
no ves que no puedo seguir con mi pena
y es tanto mi tormento que está mi alma llena
de angustia, tristeza, de llanto y dolor.
Con hosco mirar, torpe el carretero
siguió picaneando al buey delantero
por aquel camino donde aquella moza
se quedé buscando su perdido amor.