Llevo tu misterio
caminando madrugadas,
siento aquel hechizo
de gotán y de barriada.
Sos mi Buenos Aires,
con tus noches más intensas,
un recuerdo bueno
y un dolor.
Yo soy aquel purrete gris,
el chiquilín que te soñó
desde un tranvía que cruzó tu corazón.
Vivo tus recuerdos
por las calles de San Telmo.
Vuelvo de repente a los días del potrero,
llevo tu misterio de ginebra y Riachuelo,
hablo con tu voz de bandoneón.
A mi Buenos Aires,
de los barrios y del centro,
hay que estar distante
para amarte bien de adentro.
Llevo tu misterio
de baldío y rascacielos,
llevo entre mis labios tu canción.