No me importa llorar por tu partida,
soportarlo con desesperación,
pues si lloro es justo en la medida
en que gozo tu presencia con amor.
Si lloro es por lo feliz que he sido
al momento de tenerte junto a mí.
Por lo inmenso que me resulta el vacío
si mi vida lo agota todo en ti.
Bendición es llorar por tu partida,
por extrañar los labios que besé.
Porque lloro en la intensidad y medida
de la forma desmedida en que te amé.
Lloraré cada vez que te hayas ido
cual si me hubiesen estrujado el corazón.
Lloraré con la pasión y la ternura
con que hicimos y que haremos el amor.