Se trepa el sol buscando
un algo en cada esquina,
despierta la mañana
con un bostezo más…
detrás de una pelota
corriendo entre gambetas
o dando a las muñecas
un tímido chás-chás
están los nietecitos
haciendo nuestra fiesta,
colmándonos de dicha
y de felicidad.
Temor… sentir… temor…
¿sabrán… vivir… con fe…?
¿serán…
hombre o mujer de bien…?
¿quizás…
con cierto desamor, tal vez…?
Al verlos sonreír
las dudas pasarán:
“Abelo…” te querré, ¡sin fin!...
Se nutren los recuerdos
con el momento ansiado…
¡papá, serás abuelo,
muy pronto lo verás…!,
orgullo de sentirse
querido y venerado,
así con mil deseos.
Los nietos crecerán,
no importa si un destrozo
interrumpe la siesta,
¡que sigan alegrando
las horas que se van…!