Lanzando titulares del viejo matutino
predijo lo que vino, comenta lo que fue.
La historia del vencido, el brillo del primero,
el precio del dinero, el costo de la fe.
Así, va desgranando la historia de la vida,
después será leída al borde de un café.
Esperan la largada veloces rotativas
ellas ponen la tinta, él les puso la piel.
¡Qué lejos quedó tu niñez!
Ese aroma inicial no se olvida jamás.
La casa del viejo inmigrante,
el beso adelante y el alma detrás.
Se fueron de la pajarera,
las alas aquellas, ¿por dónde andarán?
Tal vez, serán las mismas que vuelven ahora
por las arboledas de La Paternal.
El mismo que ha sembrado afecto en los amigos,
el mismo que no olvida la piel que lo acunó.
Lo vio bailar un tango, París, allá en el Lido,
lo ves volver al mismo lugar donde nació.
Yo sé que un día de estos, con un clasificado,
el niño que ha crecido, tal vez, pueda lograr
que vuelvan en bandada las aves del pasado,
los pájaros aquellos, los de La Paternal.
GUILLERMO GALVÉ. Los Pájaros de La Paternal