Hay un coso que nunca da la cara,
Dios berreta que está en ninguna parte,
comodín que inventás para quejarte
cada vez que te venden un buzón.
Andá, contásela a Magoya
la de comboys que nadie te creyó,
discurso de milicos
o cheque volador.
Estamos hasta aquí de cuentos chinos.
Andá, cobráselo a Magoya
que pagariola tu desilusión,
y el cuento de que Dios es argentino
andá corriendo, contáselo.
Hay un nadie que es víctima de todos
y es anónimo rey de la macana,
berretín que inventás de mala gana
cuando ves tanto crimen sin autor.
Tango Magoya