De esperanza vive el hombre
y el porteño lo aprendió
y alimenta de esperanzas
al que está a su alrededor...
Esperar siempre a mañana
es su norma y es su acción,
y dejar para mañana
lo que se puede hacer hoy.
Si le presentan la cuenta
del hotel de una semana
dice al que se la presenta:
"Le voy a pagar... mañana...
¿Cuándo me llevás al cine?"
-dice la esposa o la hermana-
y el porteño le responde:
"Te voy a llevar... mañana..."
Si un negocio le proponen:
"Vuelva... mañana..."
Si las cosas se le oponen:
"Veré... mañana... "
Si un trabajo le aparece:
"Lo haré... mañana..."
Si un asunto se le ofrece:
"Iré... mañana..."
Y sigue el secador
"mañana", sin cesar.
Mas, si es para cobrar,
¡se cobra hoy!
Mañana será otro día
y esperar es lo mejor
que aunque mucho se madrugue
no aparece antes el sol.
Y yo como soy porteño
este consejo te doy:
que dejes para mañana
lo que puedas hacer hoy.
Lucio Demare - Mañana zarpa un barco - Tango