Mañana juega,
compré un billete,
mañana juega
Lotería Nacional
y el pobre viejo,
que es manco y rengo,
sigue vendiendo
la suerte a los demás.
Mañana juega,
tengo el sesenta,
sigue gritando
agobiado por su mal.
Hace veinte años
jugó su suerte
en la ruleta
de un amor fatal.
Y el amor es como el juego,
siempre lleno de esperanzas,
siempre buscando el desquite,
siempre metiéndose más.
Siempre lleno de ilusión
y gastando hasta la ultima chirola,
¡dejando en la ruleta
de la vida el corazón!
Manana Juega, Canaro, voc. Fama, 1941