Cuando te dejé, tierra querida,
y te di aquel triste adiós,
la barra del Florida
con pena sincera me despidió,
parece que veo los pañuelos
agitarse con dolor
y entre la gente estaba
muy triste y lloraba
una mujer.
Yo sé que mi mirada
llegó cual marejada
y su almita apenada
y su esperanza naufragó.
Me quiso con locura,
conmigo fue muy dichosa,
fue buena y cariñosa
y yo, insensato,
la dejé.
Cuando regresé a mi patria,
después de una larga ausencia,
la vi una vez;
¡qué triste fue
volverla a ver así!
Arrastró la marejada
a su barco de ilusiones
y navego sin dirección
por culpa
de mi amor.
CARLOS DI SARLI - ROBERTO FIRPO - MAREJADA - TANGO