Horas fugitivas de mi vida.
Dulces dichas ya perdidas
se han ido y no han de volver jamás.
Horas beatíficas que fueron
furtivas se extendieron
y nunca volverán ya más.
Horas que al presente rememoro
y al recuerdo de ellas lloro
sin poderlo contener en mí.
Horas que matan lentamente
a mi alma aun doliente
de sufrir.
Horas que siento en el alma
atormentar porque han sido
el bello “Edén” de mi vida.
Sólo una soledad perdida
queda de tanta ventura
y la inefable dulzura
de mis horas tan felices
dejaron en mi alma cicatrices
que nunca el olvido ha de borrar.
Avaro guardo esta pena
que no podré olvidar
Penas negras, penas que atesoro
en un lindo cofre de oro
que lloro en mi corazón por ti.
Fieles y dulces compañeras
de frágiles quimeras
de loca ensoñación en mí.
Penas que al presente rememoro
y al recuerdo de ellas, lloro,
sin poderlo contener en mí.
Horas que matan lentamente
a mi alma aun doliente
de sufrir.
FRANCISCO CANARO - GUILLERMO RICO - MEDITACIÓN MALEVA - TANGO