Nuestra dicha fue un dulce sueño,
placer fugaz;
que tan sólo duró un momento...
y nada más;
que ha dejado sangrar la pena
mi corazón;
en el alma ilusiones muertas
y un gran dolor.
Mentías cruel al jurar
loca pasión;
mentías cruel al besar
con emoción;
y hasta al llorar
con dolor,
por el temor
que te olvidara... ¡mentías!
¿Pero por qué?... Nuestro amor,
¿quiso morir
porque no pudo vivir
sin tu calor?...
Sólo hoy sé que tú finjías,
matando mi ilusión
con tu traición.
Tras la máscara de pureza
y de candor;
tras la dulce mirada plena
de turbación;
¡Cuánto engaño guardabas, mientras
creía en ti!...
Y soñaba en la dicha eterna
y en ser feliz.
Mentiras de Amor