Yeyel...
Mi querida Yeyel...
en mis versos estás tú.
Yeyel... Yeyel...
En un dolor de mi vida estás tú,
y en un rincón de mis años.
Hoy te llamo otra vez mi Yeyel...
no sabes cuánto te extraño.
En un porqué de un adiós estoy yo,
y en distancia sin olvido.
Sólo quiero que vuelvas a mí
mi Yeyel... mi Yeyel...
para estar junto conmigo.
No sabía que tu amor era imposible.
Que tu nombre inolvidable.
Que tu adiós tanto dolor.
No sabía que al quererte demasiado
dejarías cien recuerdos
con la palabra adiós.
No sabía que tu adiós doliera tanto.
Que tu sombra está presente.
Que tu voz no se alejó.
No sabía que al marcharte dejarías,
una herida en mil palabras...
con la palabra adiós...