Era el otoño en Buenos Aires
solo, nadie.
Como el buzón que está en la esquina,
alma mía.
Ahí va mi gente con total desilusión
con los vestigios de su amarga desazón.
Y, a pesar de eso, mis fantoches
buscan la risa del corazón.
Que ya no vengan con cuentos
que es una cuestión de vento,
si lo que falta es amor.
Me hago eco de García
y no del que está en la guía,
sino Charly “say no more”.
Nos siguen dando a la lata
ya nos dejaron en patas
en mitad del ventarrón.
Si serán tan caraduras
pa’ nosotros mishiadura
y ellos morfan con chandón.
No me resigno a tanto espanto,
hambre, llanto.
Hay tanta gente sin laburo,
tristes, duros.
La dignidad se la vendieron a un finao
el corralito en el banco del mamao,
y a la justicia que es divina,
y a mi Argentina la han empomao.
¿Pa’ qué juran por la patria,
por los santos evangelios,
por la bendita Nación?
Es mejor que lo pensemos,
sino para el año nuevo
vamo’ a estar en un cajón.
Si no les tiembla la jeta
en un reino de caretas
usurparon la de Dios.
Hagámonos responsables
y a los que fueron culpables
ni el olvido, ni el perdón.
Si serán tan caraduras
pa’ nosotros mishiadura
y ellos morfan con chandón.
Ni olvido ni perdón - Juan Vattuone (Tangos Al Mango)