Dijiste que me amabas... ¡y era mentira!
se fueron tus palabras como las nubes...
quedaron las espinas de tus perfidias
quedó la eterna herida del corazón.
Palabras amorosas, palabras, dulces...
¡palabras que ofrendaban todo el amor!
La gloria prometías... y fueron cruces
en un camino de muerte y de dolor.
No me digas nunca que me quieres
mujercita extraña que te acercas,
me engañaron tanto otras mujeres
que esas palabras suenan a huecas.
No me digas nunca que me quieres.
No recuerdes nunca otras falsas,
temo el recuerdo de otros días.
Porque mi herida volverá a sangrar.
Palabras y palabras... nada de cierto
¡amores prometidos, nunca cumplidos!
Debajo de mi mano, mi pecho yerto
es ruina del palacio que edificó...
palabras amorosas, palabras dulces,
¡palabras que ofrendaban todo el amor!
La gloria prometían.... y fueron cruces
en un camino de muerte y de dolor.