Las cadenas que te ataban a mi lado
hoy las rompe mi conciencia al comprender
que mis besos, mis caricias, te han cansado
y he perdido para siempre tu querer.
Aunque niegues diciendo: “Soy la misma”,
yo comprendo que todo terminó.
La verdad tan sólo quiero que me digas,
aunque muera de dolor mi corazón.
Será mejor para los dos
separarnos de una vez.
¿Para qué vivir asi... Para qué?
Vos soportando mis caricias y mis besos,
yo comprendiendo que no es mío tu querer.
¿Por qué engañarnos y sufrir
de este modo tan brutal?
Yo no quiero soportar tu piedad.
Aunque se rompa el corazón en mil pedazos
gritame fuerte: ¡No te quiero más!
No es culpable el corazón, si cualquier día,
ha dejado de sentir una pasión.
Es misterio incomprensible de la vida
despreciar lo que se amó de corazón.
Será tuyo mi amor hasta la muerte,
tu cariño en cambio ya murió.
Estas cosas son caprichos de la suerte,
de la vida, del destino o qué se yo.