Yo estaba loco, fui un pobre hombre,
Yo la quería con devoción.
Vos me decías: "Tené cuidado…"
Yo enceguecí de pasión.
Aquella noche junté mis pilchas
y sin decirte tampoco adiós,
te abandonaba, viejita mía,
para cambiarte por ese amor
¡Perdón, viejita!
Única amiga
que me reciba
tu bendición.
Y me arrodillo
beso tus manos,
y una y mil veces,
pido perdón.
Tuve el castigo, porque cobarde
me dejó sola con su querer…
Y, desde entonces, con tu memoria
mi soledad acompañé.
Hoy he vuelto mamá, pa' regalarte
dulces sonrisas en tu vejez…
Serás abuela, voy a pagarte
toda la pena que te causé.