Un presente mejor
siento que ha de venir
cuando cada mañana
empujás a mis ganas
con tu sed de vivir.
Tu inocencia de luz
se convierte en motor
que renueva el coraje,
compañero de viaje,
polizón del amor.
Yo elegí “el enseñar”
como un arte de amar
y enfrentar al dolor.
Con la tiza y la voz,
delantal, borrador,
vocación, libertad
y mi sueño interior.
Dos por tres tu niñez
necesita el calor
de mis brazos abiertos,
donde abrigo un concierto
de promesas en flor.
Tu virtud de volar
aletea en mi ser
y es la escuela memoria
donde habita la historia
que nos deja crecer.