Carnavales de barrio son recuerdos
que perfuman mi ayer de agua florida,
serpentinas de amor entre tus manos
azularon aquella algarabía.
Lentejuelas de nácar en la falda,
con un brillo de luna amanecida
envolvían mi anhelo y asomaba
en tus labios, feliz una sonrisa.
Resplandores perdidos en el tiempo
me regresan tu luz de colombina,
desteñido en nostalgias, me disfrazo
de Pierrot, siempre novio de la vida.
Cascabeles sonaron en el viento
ante el beso robado en una esquina,
hoy mis pasos caminan trasnochados
con la fe que demora las cenizas.
Carnavales de barrio, se perdieron
tus cortejos de alegres mascaritas,
las carrozas con música y bufones
son tan sólo postales amarillas.
Aún espero en los bordes del misterio
las promesas, los besos, las caricias
y trepando en las rejas de mis sueños
el aroma sutil de las glicinas.