No sé si nuestra historia ya distante
dejó tu corazón enamorado,
yo sólo me permito al evocarte
soñar que van tus pasos a mi lado.
Tal vez fue sólo mía sin más vueltas
la loca tentación de ser tu amante
tu olvido me lastima y mi tristeza
desnuda los jirones de mi carne.
Hoy faltan ya lo ves, muchas palabras
en esa voz de entonces sin malicia,
y aquella melodía empecinada
de un tango que bailó con tus caricias.
Un viento de locura me esperaba
por mágicas orillas escondidas
la lluvia del adiós ahogó mi alma,
y supe del dolor con tu partida.
Aún te quiero y siento que me llama
la noche hacia el Sur de tu destino,
ensayo una plegaria, rezo y sangra
la angustia en el recuerdo de mi vino.
Tú fuiste para mí la madrugada
abismo de mis sueños y pecados,
y todo se quedó en aquella casa
con rosas que perfuman el pasado.