¡Salú percantinas!... ¡Adiós milongueras!...
¡Qué pinta bacana pa’ ganarse el pan!...
Tomadas del brazo cruzan las aceras
¿Pa’ dónde se largan? ¡Qué apuradas van!...
Trajeadas sin grupo van siempre cinchando
en la vida mishia, pesao carretón...
Pobres milonguitas, que ríen llevando
un ensueño muerto sobre el corazón.
Al pasar delante
de los cafetines
escuchan obscenas
propuestas de amor,
mientras el compadre
que las hunde al tango
las sigue de cerca
con ojo avizor...
¡Qué vale vestirse
de sedas lujosas
si total son rosas
de enfermo color!
¡Y qué valen todas
sus joyas brillantes
si son las amantes
que van sin amor!...
¡Salú percantinas!... Les deshojo un tango
porque entre las risas que les sé sentir
va mezclado un llanto amasado en fango
y porque la vida les hace mentir...
¡Ustedes son barcos que han perdido el mando!...
¡Ya rumbo a la dicha no pueden zarpar!...
¡Y así por las calles van enamorando
sin haber siquiera aprendido a amar!...