Volvemos a encontrarnos y, ya ves,
buscamos explicar lo que pasó.
Qué viento de reproches se llevó
un tiempo de alegrías y de fe.
Y yo no sé
si acaso fui culpable del adiós,
si todo lo pasado se quebró
por culpa de tus celos y mi altivez.
Cerremos esa puerta,
busquemos la penumbra,
hay una luz que alumbra
la noche de los dos.
No inventaremos temas
de dudas y de llanto,
si nos queremos tanto,
tanto... tanto...
salvemos este amor.
Sabemos que nos cuesta reencontrar
la senda de la mutua comprensión,
mejor dejar pasar el chaparrón
si el chaparrón golpea más y más.
Y el tiempo irá
borrando las heridas y el rencor,
más fe para entendernos, más amor
y ya no lloraré ni llorarás.