Se lo mismo... Se igual... Dale nomás...
que alguien excomulgó la cacerola.
Hoy el que tiene calle duerme en ella
y sabe Dios qué guarda en su sabiola.
Con la esperanza puesta en unos tachos
y la vista clavada al pavimento,
rajando zapatillas o descalzo
se enloca con cerveza y pegamento.
El horizonte siempre en falsa escuadra.
Es el último punto de la cola.
Se lo mismo... Se igual... Dale nomás...
La consigna es que nadie le dé bola.