Qué mezcla que hacemos en este ispa.
A los árabes le batimos turcos, a los judíos rusos, a los andaluces gallegos, y hasta tenemos un polaco con apellido vasco.
Nos quieren engrupir que se murió, pero “andá a Saavedra” si es cierto. Lo veo manejando otra vez un bondi, saltando en los tablones de Platense, o dándose el gusto en un dueto con Gardel.
Glosa de Hugo Salerno
Si la cuadra se engalana y el club de la otra esquina
se pone la pilcha fina y nos guiña una ventana,
si al volver del estadio alguien ficha en San Quintín
si un picado en Machaín lo transmiten por la radio.
Si el diecinueve hoy no anda, si para alejar las penas
se brinda con agua buena, del Medrano de agua blanda,
si la cana pide pido y custodia un bandoneón
si dan Sur en el Colón, en el Cumbre y en el Lido.
Si Saavedra se divierte con sus banderas izadas
es porque hoy en la barriada desconfiamos de la suerte,
si la murga y la hinchada llevan pintado un bigote
de un polaco grandote que canta con voz quebrada.
Si el otoño es primavera y en una plaza ganada
las estatuas disfrazadas dan la misa dominguera,
si Saavedra se divierte con estandartes y danzas
será que morir no alcanza para llegar a la muerte.
Si alumbrada con neones la Avenida Del Tejar
anuncia en su acto central, desfile de bandoneones,
y si uniendo los harapos, si juntando los remiendos
se hacen banderas al viento que saludan al Polaco.
Si mil canarios se vuelan, desde el Tábano al Pinocho
si lagrimea un morocho que sonríe hasta las muelas,
Si se brinda en el Bodense por un encuentro casual
y, en cadena nacional, nos transmiten a Platense.