Larga noche de neblina
salgo a vagar por las calles
a enfrentarme con recuerdos
de los malos y lo buenos.
Te juro que no estoy triste,
por cada copa de más
tengo una pena de menos.
Luna y estrellas murieron,
el cielo se me ha perdido.
Se me ha escapado del alma
la cercanía de Dios.
Sin embargo, no estoy triste,
porque siempre me parece
que estamos juntos los dos.
Me miran tus ojos grises,
el viento juega en el suelo
y me acaricia la cara
todo el oro de tu pelo.
Tu boca que ya no ríe
está riendo otra vez
y vuelve todo el pasado
que nunca podrá volver.
Son cosas de la neblina
de las copas y el recuerdo,
milagro que trae la noche
mientras la voy penetrando.
Te juro que no estoy triste,
la neblina cubre al mundo,
nadie ve que estoy llorando.