Tu sombra sin tiempo
doliendo lo dolido, regresa del ayer.
Tu sombra borrosa
me trae tu fugitiva figura de mujer.
Fantasma que vuelve con mi alcohol
y pinta mi esperanza con tonos de su gris.
Tu sombra, ceniza del amor,
me dice que ya nunca
sin vos seré feliz.
Vivo amarrado a tu pasado,
a tu visión que vuelve cruel
y tu figura me hace oscura
la dulce albura de tu piel.
Me ata a tu vida tu voz perdida
y vivo cautivo del ayer
y aún me asombra cuando me nombra
tu siempre sombra de mujer.
Tus ojos, tu talle,
tu pelo que se enreda con mi desolación.
Tus viejas palabras repiten, como entonces,
mentiras sin perdón.
Tu boca me llama sin llamar
y, oyendo tu llamado, me niego a comprender
que el muerto banquete del amor
es hoy esta migaja de tu sombra de mujer.