El tango no es guarida de malvados,
ni manantial de míseras pasiones.
No es flor del mal, ni es nido de traiciones
si no es gentil, tampoco es criminal.
El tango está cantando en los talleres,
lo canta el sol que anuncia el despertar.
Tango es llorar la ausencia de quereres
y el arrabal también sabe llorar.
¡Tango compadrón
y sentimental!
¡Tango lindo cuyo son
nos evoca la pasión
p el beso maternal!...
Si te desangrás,
en un bandoneón,
tu corazón,
hecho compás,
tango dulzón nos das.
El tango fue nuestra canción de cuna,
el “andador” de todo el piberío.
Porteño, audaz, simpático y bravío,
amigo fiel de nuestra juventud.
Ayer, nomás, cantabas en la “rabona”
igual que aquel trompito zumbador.
Y si hoy un cruel dolor nos aprisiona,
allí está él, cual bálsamo de amor.