Baile macho, debute y milonguero,
danza procaz, maleva y pretenciosa,
que llevás en el giro arrabalero
la cadencia de origen candombero
como una cinta vieja y asquerosa.
Pasión de grelas de abolengo bajo,
de quien sos, en la bronca de la vida,
un berretín con sensación de tajo,
cuando un corte las quiebra como un gajo
o les embroya el cuore una corrida.
Chimento rantifuso y porteñero
que trabajás el corazón de paco;
piropa taita, dentrador, mañero,
que vas de balancín y cadenero
rumbiando para el lao del lado flaco.
El que te baile bien debe ser púa,
manyado entre la merza de los guapos,
haber hecho un jotraba de ganzúa
y tener la sensación de la cafúa
al atávico influjo de los trapos.