Corté un clavel en las orillas de tus ojos,
y te lo di conmigo adentro como un hippie
que quiere ser un ángel tuyo y que no puede
volar de día sin las alas de tu voz.
Me vi pintando mariposas en tus pasos
robándote la soledad de madrugada.
Y vos me diste tu “te quiero” bien grandote
prendiendo flores a mi pobre corazón.
Vos…
trajiste un trueno de colores a mis plumas
y me incendiaste de payasos la memoria.
Me fabricaste una ilusión con caramelo
y me llenaste la pasión de carnavales.
Yo…
voy a sembrar sonrisas desde tu mirada
hasta el pimpollo más maduro de tus manos.
Enredaré un rayo de sol en tus mejillas
y colgaré de tu cariño esta canción.
Trepé a tu piel con una luna en el bolsillo
y con un verso bien filoso entre los dientes
para cortar con furia buena tus tristezas,
y que te olvides para siempre del dolor.
Te doy palabras empapadas en abrazos
para que te hablen el idioma de mi beso.
No sé qué haré, pero haré todo de “Te Quiero”
que es el idioma en el que hablamos vos y yo.