Vuelvo a leer tus viejas cartas,
que ya he leído tanto y tanto
y vuelvo a hallarte apasionada
en las cálidas palabras
del momento del amor.
Es lo que queda de un pasado,
hecho de lágrimas y risas,
con un final desesperado
que escribieron el dolor
y el desamor.
Tanto,
tanto como nos quisimos,
tanto, tanto que soñamos,
tanto como hemos vivido.
Y de repente,
peor que el martirio,
peor que la muerte
este terrible comprender
que te he perdido,
que ya nunca he de tenerte.
Tanto,
tanto como fuiste mía
como nunca ya en tu vida
de ninguno más serás.
Guardo tus cosas más queridas,
porque conservan algo tuyo
es como un poco de tu vida
de tu vida y de mi vida
de mi muerta soledad.
Pero yo se que ya no hay nada
que te devuelva hasta mis brazos
y estoy así, sin esperanzas,
esperando nada más, por esperar.