Te estaba esperando, no estés ahí parada,
entrá como siempre, no tengas temor,
tus pobres locuras están olvidadas
y nunca el olvido devuelve un rencor...
Te fuiste y has vuelto, la página en blanco,
no quiero que nadie la llene jamás,
así, sin escenas, perdones, ni llantos,
haremos de cuenta que estamos en paz.
A veces
yo quise decirte cosas
como una lluvia de rosas
que se ofrendan a un altar.
Y siempre
callé de miedo que un día
esas flores que ofrecía
irías a deshojar...
Por eso,
tranquilo estaba esperando
sin pensar cómo, ni cuando,
te vería regresar...
Sabiendo
que naciste para el fango
como Arolas para el tango
y Gardel para cantar...
Te estaba esperando, sin ansia, sin prisa,
ya ves, ni siquiera tus cosas toqué,
tal vez te haga daño mirar mi sonrisa
que te está gritando que yo no cambié.
No estés ahí parada, hacete de cuenta
que una tarde larga de aquí te alejó,
tan solo te ruego que ya no me mientas
por eso no quiero que pidas perdón...