Hay quien se embriaga por vicio,
no lo dudo, lo sé bien.
Pero siempre, casi siempre,
la culpa de lo que somos
la tiene alguna mujer.
Y yo soy uno de aquellos
que padece de ese mal,
por eso cuento conmigo
y hace lo que le parece
mi vida sentimental.
¡Tiene razón amigazo!,
me di cuenta
que estoy llevando una vida
que a mí no me corresponde.
Todas las noches de copas,
si hasta es cosa de no creer.
¡Tiene razón amigazo!,
lo comprendo,
que me hace mal la bebida
y qué quiere que haga el hombre,
si ya no beso su boca,
si me falta su querer.
Soy como me da la gana,
desde que perdí su amor
me divierto a mi manera,
endulzándome la boca,
para aliviar mi dolor.
Y usted me está aconsejando,
¡muchas gracias!, ya lo sé,
que si sigo como sigo,
va a decir si ella me viera,
quién te ha visto y quién te ve.