Tomá cuanto quieras, sacate las ganas
de andar bien en curda por un mal querer,
hablá cuanto quieras, decí mil pavadas,
contales a todos, tus cosas de ayer.
Hablá de tu vida y, paso tras paso,
llevalos adentro de tu corazón,
contales tu pena, tu amor, tu fracaso
¡si vieras los curdas, qué otarios que son!...
¿Quién te va a consolar de tu pena
si de penas está el mundo lleno?
Si el dolor de tu vida envenena
pa´ ninguno es dolor ni es veneno.
¡Si supieras qué piensan, oyendo
las palabras de tu confesión!
Y después... Cómo piantan diciendo:
“¡Estos curdas, qué otarios que son!”
A nadie le importa las cosas ajenas
y menos si éstas son cosas de amor,
no ves que se ríen de vos, de tu pena
¡si a tantos les pasa lo mismo, o peor!
Sacate las ganas... Tomá cuanto quieras
si es un consuelo pa´ tu corazón,
metido en vos mismo... ¡no hablés!, ¡si vieras!
si vieras los curdas, qué otarios que son.