Voy a partir
sabiendo que
partir es morir un poco...
Con nosotros el destino
fue cruel
y no tiene, al separarnos,
piedad.
Puede más que el buen amor
la fría realidad,
tan triste, de la vida...
Voy a partir
y mi canción
llorando está por ti.
Un beso y un adiós
encierran algo más
que el acto de besar y despedirse.
Un beso y un adiós
evocan, del ayer,
ternuras imposibles de decirse...
Sueño,
que en sueño se quedó...
Dicha,
que el mundo nos negó... ¡cruel!
Hoy, pobre
derrotado,
infortunado,
desterrado
de tu encanto,
voy a partir...
Mi navegar
sé que tendrá
de vientos malos el signo.
Yo alzaré entre sus rugidos
mi voz,
por llegar con ella al reino
de Dios;
y pedirle que a tu amor
devuelva el corazón
que sangra en este pecho...
¡Mi porvenir
tan sólo es
la fe de esa oración!