Cacho, es un cacho de tango que nos inventa, corcheas.
Y unas fusas rantifusas, en su barrio... allá, en Floresta.
Su corazón alza vuelo... la inspiración, aletea...
Y el pentagrama es el nido que, sus canciones alberga.
Garabateando papeles... entre notas y palabras,
Le escribió un tango a La Gata... al Polaco... a La Merello...
Y como él no tiene abuelos, se escribió su propio tango...
“Por esa puta costumbre...” de escribir que tiene, Cacho.
Es un amante, atorrante.
Es, de todas y... ninguna.
Tiene, el verso de la calle
y más noches que, la luna.
Viene juntando estrellas,
al volver... de madrugada.
Y una a una, las enhebra
al cordel de su guitarra.
Cacho, le roba un retazo, al sol del alba y, su brillo,
para ver, un poco, el día... se lo guarda en el bolsillo.
Y yira por Buenos Aires, silbando un tango bajito...
para que no se despierten, esos gorriones dormidos.
Aprendió ayer, del que sabe, en la escuela de la vida.
Y va hoy, dándonos clase, con esa magia de artista.
Cacho, es un cacho de tango... es la estampa del porteño.
Cacho, es un cacho del alma y el sentir... de los tangueros.
(Coda final)
Cacho, es un cacho de tango... Un cacho de corazón.