Era un chabón jailaife como pocos,
vestía en Pierre Cardin y Boticcelli,
un rana pa’ las pibas de mi barrio,
para los bonchas siempre fue un curdeles.
El súper batman algunos lo llamaban
porque volaba para las carreras
y en New York City ganaba de Sportlandia
alguna pendejita en cartelera.
Nunca se supo de qué laburaba
y dicen que de caño el hombre iba
si el fato le gustaba de antemano
se daba un saque y encaraba la partida.
Un domingo a la cheno lo encanaron
por unos chocolates y arbolitos,
y estuvo siete años en la lona
cazando como pocos pajaritos,
cazando como pocos pajaritos.
Pero hoy salió de nuevo a la pelea
y tiene una minita que lo atiende.
Labura a la mañana en un mercado
y ella le jotraba los clientes.
Y cuando escucha “Dandy” por la radio
se acuerda de su vida quilombera,
hoy anda con la pilcha del laburo
y se lo ve feliz tejiendo como una abuela.