Mirame, por favor, coqueta Mimí,
decime qué buscás con tanto beber.
He visto que llorás, comprendo que sugrís,
lamento tu dolor y lo quiero saber.
Las penas del amor acaso serán
que dentro de tu ser las sientes bullir,
las copas de licor jamás las matarán,
si quieres Colombina... soy Arlequín.
No me convencen, Colombina,
esas palabras tan bonitas,
sigue rodando serpentina,
llora bailando mascarita,
en tu facha enfarinada
van tus penas enredadas
mueca de última llamada
de tu risa artificial.
Debajo tu antifaz hay solo maldad,
ocultás al placer la senda fatal
envuelta en tu disfraz la triste vanidad
despojos de mujer, después de carnaval.
No digas que llorás, ni quieras fingir,
la dicha de un querer con loco fervor
que pronto notarás tu zanja sucumbir
marchito sorde y mudo, tu corazón.