Una y otra estación;
cada estación un pueblo,
cada pueblo un andén,
cada andén un recuerdo.
La máquina veloz
se alimenta voraz;
serpiente de metal
que deglute durmientes
sin cesar.
Una y otra estación,
cada una un jalón
de un destino final
y a la vez, un destino.
Paralelos sin fin
los rieles cortarán
el campo y la ciudad,
espacio interurbano
y agonal.
Una y otra estación;
cada una un cartel,
una historia, un ayer
y un curioso presente.
Una valija aquí,
un bolso más allá,
por influjo del tren
cada día llegarán
al andén.
Una y otra estación,
cada una un lugar
desde donde partir
e iniciar el camino.
Ventanilla y adiós.
Abrazo y ansiedad,
cuando marca el reloj
la hora de partir
o llegar.
Una y otra estación;
cada estación un pueblo,
cada pueblo un andén,
cada andén un recuerdo.