Vos bien sabés que no soy yo,
que no es mi boca y no es mi voz,
que el que te habla es mi dolor
atado a mí y a mis palabras.
Sabés del frío de mi piel,
el lado oscuro de mi amor
y la mañana desteñida en nuestra cama.
La trama rota de los dos sigue encendida
en el adiós y no sabés la pena que me da...
Y cómo entono con mi voz, y cómo pido tu perdón
si afuera nadie vio lo nuestro en la ventana.
Cómo te digo que es mi amor lo que te entrego...
lo que te daba ilusionado.
Siento en mis labios el dolor de la mentira de los dos
pero no quiero que termine mi esperanza.
Cómo decirte que es verdad que me da miedo
el tiempo... que ya no vuelve más.
Vos ya sabes que somos dos,
los que le mienten a otros dos,
que tienen miedo de nacer
con fuego nuevo en la mirada.
Sabés el frío del después,
el trago amargo de doler,
de ser felices con la culpa en nuestra cama.
La magia negra del amor parece miedo
entre los dos y no sabés la pena que me da…