¿Quién me vende una esperanza?
¿Quién me presta una quimera?
¿Quién me alquila una ilusión?
Que el 2000 se vino encima
y habitarlo no quisiera
con el alma tan vacía,
tan desnudo el corazón.
¿Dónde están todos los sueños?
¿Quién cortó la mano amiga?
Ya que hoy todo es mercancía
compraría una emoción:
quiero ver como era eso
de morirse por un beso,
de entregarse a una pasión.
¡Qué cosa, mi Señor!:
el tiempo ver pasar,
y al Hombre -en su ambición-
el mundo triturar.
¡Qué cosa, mi Señor!
Quisiera no mirar.
Pero me diste luz
¡y voz para cantar!
Terminó la Guerra Fría.
Y también la Ideología.
¡Todo está de lo mejor!
Sin embargo, ¡qué ironía!:
cambian alma por comida,
está en coma la alegría
y agoniza la razón.
Hoy me atrevo a preguntarles
y también a suplicarles:
¿quién se banca una esperanza
donde ponga el corazón?;
que el milenio ya está andando
y nosotros malgastando
nuestra vida sin amor.