Éramos vos y yo. Era la vida.
La reja y el portón, el viejo amor.
Hoy duele más tu risa que mi herida
molesta más tu vuelta, que el perdón.
¿Quién te pidió que fueras la más pura?
¿Quién te obligó a decir siempre que sí?...
Las luces en el centro son más duras
moneda y corazón: somos así.
Y pienso en vos
como en la piba buena
del ayer.
Y pienso en vos
que ya sos madrugada
vos también,
de tanto hacer esquinas
Y puertas de vaivén.
Y pienso en vos...
Y pienso en vos
¡Qué farsa
tu regreso y mi perdón!...
Éramos la memoria y el olvido
perdido ya el cariño sin candor,
las ganas de soñar y el sueño mismo
el llanto que se esconde en un rincón...
Y fuiste vos, igual que yo y la vida
la farsa siempre igual del tatetí,
quizá es mejor vivir, después de todo,
moneda y corazón: somos así.