¿Pa’ qué querés saber de mi vivienda?
¿Pa’ qué dentrar al monte ande nació?,
si ha pasao la desgracia, a toda rienda
se alejó con la alegría y la enlutó.
Y el jazmín que brillaba a su ventana
abrazándose al marco se secó.
Si en ancas del ayer no vas mañana
pa’ qué ensillarte quejas como yo...
Pa’ qué, si ya hasta el sol pasa de largo
y no hay flores que emponchen la pared,
ni una moza que brinde un mate amargo,
ni un pájaro que cante. ¡Ya pa’ qué!...
Echao frente a la puerta está mi perro,
que llora a lo cristiano porque allí
anda un alma penando su destierro
y viene a reclamarme el alma a mí...
¿Pa’ qué seguir así?, pa’ qué el silencio
te envolviera pa’ siempre el corazón.
Si yo hecho al dolor y no me aquerencio,
cómo vas a aguantar en un sacudón...
¡Así me contestó mi Tata bueno!...
Lagrimeando pa’ dentro yo ensillé
al tuntún con la cara en el pañuelo,
monté y le dije al pingo... ¿ya pa’ qué?...