Yo llevo un tango en el alma,
tango de hondas vibraciones,
confidente de emociones
de mi barriada porteña,
la que cantando se adueña
del sentir de mi ciudad
que lleva un tango en el alma
como yo,
y así dice en su cantar:
Sol que ríe en las mañanas
de mis calles suburbanas;
luna azul de serenatas
en las casitas de latas;
aquí un reto, dos iguales
que el amor plantó en rivales,
y allá los ojos de cielo,
los culpables de aquel duelo...
Madre buena, patio, fango,
drama, fábrica, humildad...
Todo, todo sabe a tango,
a canción de mi ciudad...
Yo llevo un tango en el alma
como escudo de mi vida,
porque su emoción sentida
tiene acentos que son míos:
esperanzas, desvaríos,
desengaños y algo más...
Por eso un tango en el alma
llevo yo y así dice en su cantar.