Para Kevin,
asesinado en el año 2013 a los 9 años de edad.
Ya no vas a ver en otro charco la verdad,
como levantan por que sí los ranchos nuevos con sudor.
Ni vas a ver la parejita por el Soho de arrabal
con los vasitos de cartón con el café.
El caretaje de entender, que un cielo vale mastercard
ya nunca más te va a doler, ya nunca más.
Sos arrecife de humo y pan en la mesita allá en el sur,
cuando la vieja en el mantel te habló del viejo que se fue,
cuando un cigarro te incendió la trama azul de juventud,
cuando la yuta te tatuó cobardes trampas en la piel.
Ya no vas a ver porque a dos metros ahora estás
y suena cumbia a todo sol en plena noche del dolor,
¡Ay! ¡Como la bala policial que en los barriales te encontró!
No vas a apretar los puños pobre del rencor
limpiando el vidrio de un Jesús
que llega en carro o limousine,
lustrándole las botas a alguna multinacional,
¡Que hija de puta suele ser la hipocresía vecinal!
Todas las lágrimas de amor, de Zavaleta para vos,
y aquella bala policial, tendrá su justificación.
Así es la vida y poco es, si está en la tele es la verdad,
lo que sucede más allá es rancherío y no es poder,
la cuenta ajusta a un delator, calla una bala policial,
¡hay tanto grito de hospital de madrugada y nadie fue!
Vos pudiste ser algún Beethoven de arrabal,
con tu cajita de violín donde hoy te vamos a poner
Ay! ¡Por esa bala policial que ningún diario publicó!