En mi pecho anida una pena
que no sé del todo explicar,
sólo siento que corre serena
una vida que pasa y se va.
Como aromas deja el pasado
de otro tiempo que fue mejor,
y ese sueño de niño dorado
vio lo cierto cuando despertó.
Es el recuerdo de ayer
que me invita a pensar,
porque palpito en él:
las aventuras de amor,
el colegio, el placer
que hallaba juguetón.
Y de las flores de casa
aquel perfume embriagador
ya no siente el que pasa
porque fue el tiempo
quien lo llevó.
Cuando tu mente vuelva
a los años que se van,
siempre verá la huella
con antojo de llorar.
¡Cuántas las ilusiones!...
¡Cuantas mi alma vio pasar,
y ellas están entonces
casi borradas porque se van!