La fin del mundo.
De madera y lata.
Fogón de sueños que calienta el sol.
Es barrio pobre, con sabor a tango.
Donde descansa, la esperanza.
La fin del mundo,
es malvón y luna...
y aquí se queda hoy mi corazón.
Porque en sus sombras, es rey del fango,
la voz del bandoneón.
Luz...
de aquel viejo farol,
la vida te cambio por otra de mercurio.
A mí, no me cambiaron, tus luces, los años.
Hoy...
la gente sin pensar,
te deja, mi arrabal, soñando con asfalto.
Muchos pudieron volar... se fueron de lo gris.
Dejaron el percal.
La fin del mundo...
en canción.
Alegre realidad,
de amor.
La fin del mundo.
Es la historia misma.
De los que luchan por llegar a dios.
Es barrio nuestro como lo es; el tango.
Donde la vida, la están soñando.
La fin del mundo,
es un poco eso.
Donde el regreso siempre esta con vos.
Porque en sus sombras, es rey del fango,
la voz del bandoneón.