El cigarrillo me quemó los dedos,
el ruego inútil se quebró en mi voz,
y en esa esquina de los sueños muertos
quedamos solos tu recuerdo y yo.
Dolor de noches que se hicieron largas,
rigor de encono que negó el perdon.
Después la fiebre de apuar sin pausa,
la copa amarga que sirvió tu adiós.
Noches largas...
amansando esta nostalgia
que me acosa y que me niega
la esperanza de olvidar...
Cruz pesada...
de esta espera larga y van
con recuerdos y fantasmas
que te nombran al pasar...
Y esta pena,
y este afán que te reclama,
ni tu nombre que en mis labios
es consuelo y es rigor.
Noches largas...
zarandeado en la borrasca
de dolor y de abandono
que tu olvido desató.
OSCAR SERPA - OSVALDO FRESEDO - NOCHES LARGAS - TANGO