Era una mina bien, era un gran coche,
era un Packard placero, era una alhaja;
auto que siempre trabajó de noche
llevando siempre la bandera baja.
Pero un día la droga la hizo suya
y en vez de cargar nafta echó morfina,
y cerrando el escape, por la buya,
se fajaba debute en cada esquina.
Ayer la vi pasar. Iba dopada
y me sentí yo, curda, un Santo Asís,
al ver que de su pinta tan abacanada
pinta que fuera de auto de parada
sólo queda, cual resto de chocada,
con los cuatro fierritos del chasis.
packard.wmv