Qué noche horrible para mí.
Todo en mi cuarto es frío;
te debo todo, amor, a ti...
desolación y hastío.
Mi vida entera te la di
y este cariño mío...
pichón herido que buscó nido y calor
junto a tu corazón.
Hoy como ayer
mis pobres ojos han quedado sin luz
y en mis desvelos solamente estás tú
como una burla a mi dolor...
Hoy como ayer
vuelvo a quedar tan solo...
Fue tanto el daño que me hiciste
cuando olvidando mi querer te fuiste...
Hoy como ayer
envuelto en sombras otra vez quedaré
y entre esas sombras una sombra seré
para acordarme más de ti...
Hoy como ayer
¡hoy como ayer te quiero!
me arrastraré por mil senderos
y seguirás viviendo en mí.
Si alguna vez tu corazón
se aturde en el pasado,
no pienses, vida, en mi rencor
por lo que me has dejado...
Yo seguiré con este amor
sangrándose a mi lado...
y una mortaja con mis lágrimas haré
para ese muerto ayer.