Perdóname
si alguna vez, goteando lodo,
te amé, te amé
y me arrastré de cualquier modo.
Perdóname
si por quererte fui capaz
de odiar,
si fui capaz de renegar
mi fe,
si fui capaz de todo, todo.
Llega
la noche amiga
mojando con su lluvia
mi fatiga.
Juega
sobre el cordón
el rosetón
de luz de algún cartel.
Volver,
volverte a hallar
al paso de otro ser,
vestida de oro y raso.
Pensar,
pensar que ayer
yo preferí matar
que verte en otros brazos.
Vamos,
total qué importa,
la muerte corta
el hilo de cristal.
Perdóname
si soy tenaz al no olvidarte,
si soy capaz
de hallarte al paso y contemplarte.
Perdóname,
si donde estás
te llega más mi voz
si comprendés
que entre los dos
es Dios
el que no quiere perdonarte.